No a la 14 Bienal de La Habana

La anunciada 14 Bienal de La Habana, que habrá de inaugurarse en noviembre, coincidiendo con la reapertura del turismo, parece no solo formar parte de los incentivos para atraer a los visitantes extranjeros a la Isla, sino también una ocasión para ofrecer, internacionalmente, la imagen de que los creadores cubanos y de otros rincones del planeta, respaldan la continuidad del proyecto social iniciado en 1959. En ese sentido, es significativo que la Bienal esté dedicada al futuro, en un momento en que resulta sumamente difícil atisbar cuál será el porvenir de la cúpula que permanece aferrada al poder, sin respaldo popular alguno, a costa de no concederle ningún espacio político a la oposición y de inhibir el desarrollo del capital privado nacional. ¿Qué podrán debatir sobre el futuro los artistas que participen en la Bienal, en un presente donde los cubanos no cesan de ser intimidados por el Estado y donde hay centenares de personas encarceladas por expresar su inconformidad con el régimen? 

La Bienal se realiza en contra las aspiraciones de todo un pueblo que, como se afirma en la canción "Patria y vida", espera un nuevo amancer. 

Los cubanos no desean seguir viviendo bajo el horizonte de ningún futuro que les prometa el gobierno. Saben perfectamente que ha sido un futuro impuesto durante décadas, a fuerza de propaganda, demagogia y represión. Un porvenir en el que dejaron de creer al menos desde 1991, cuando se desplomó el socialismo en los países de Europa del Este.

“Te convido a creerme cuando digo futuro”, cantaba Silvio Rodríguez, a finales de la década de 1960, cuando una desastrosa situación económica golpeaba a los cubanos en el día a día, incluidos frecuentes cortes de electricidad, escasez de alimentos y graves dificultades con el transporte público.

“Te convido a creerme cuando digo futuro”, parece repetir la 14 Bienal de La Habana medio siglo más tarde, no solo en un presente que es una verdadera pesadilla para millones de personas, sino también en un momento en que el gobierno cubano ha dado la orden de combate contra su propio pueblo.