22/12/19

Lacrimosa, de Calixto Álvarez

Día de lágrimas aquél
en que resurja del polvo
para ser juzgado el hombre reo
Perdónales, pues, Dios Piadoso
Señor, dales el descanso.  Amén

Estos versos, atribuidos a un monje franciscano del siglo XIII ( Tomás de Celano), adquirieron  notoriedad gracias a la  Lacrimosa, una de las más conocidas piezas del  Réquiem de Mozart. Al  igual  que  han  hecho muchos otros compositores, el músico cubano Calixto Álvarez, los incorporó, cantados en latín, a su  Réquiem Osún. Pero Álvarez  los combinó con  rezos yoruba y agregó disonancias que tienen un acento marcadamente contemporáneo.





La obra de Álvarez incluye experimentos como la poco conocida ópera electroacústica Venus y Adonis, además de su  larguísima trayectoria como compositor de música incidental.


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