19/6/12

Los pozos de Cristina Iglesias


Fragmentos de un texto inicialmente publicado en ArtExperience:NYC, Vol. 1, No. 2, Primavera 201. 


Cristina Iglesias, Pozos, 2011

En las obras de Cristina Iglesias hay varios motivos que son recurrentes: espejos, laberintos, agua, celosías, estructuras geométricas y representaciones de topografías artificiales. Hay también usos distintos del espacio: algunas piezas demandan casi un contacto físico, otras son instalaciones en lugares específicos y otros trabajos –presentados en silkscreens maquetas y videos- son imágenes de proyectos a gran escala, concebidos para lugares públicos.


Cristina Iglesias, Pozos II (detalle), 2011

Su serie Pozos I-V consiste en cinco formas cúbicas, hechas de granito negro. Vistas en su conjunto, las esculturas podrían hacer pensar en una exposición de arte minimal. Sin embargo, tan pronto como el espectador se aproxima a cada pieza, las formas geométricas revelan un espacio interior, en el que se aprecian entramados de raíces, hojas, barro y cavidades. Son representaciones artificiales que no aspiran a ser imitaciones de la naturaleza. Iglesias no se propone ofrecer ni un trompe d’oeil, ni tampoco copias realistas o convincentes. Por el contrario, ella explora resinas y otros materiales para mantener la apariencia de una fundición en bronce y en ocasiones agrega el efecto de patinas plateadas o doradas. La topografía ficticia exhibe su carácter ficticio, más cercano a la escultura en bronce tradicional que al reino vegetal. 

Dentro de cada estructura el agua fluye, como si fuesen fuentes o pozos reales.

Aljibe renacentista en Melilla, España

Los aljibes y fuentes fueron elementos notables en la arquitectura tradicional española y morisca. Usualmente estaban ubicados en patios interiores, al aire libre y rodeados de las paredes de la construcción. Una práctica que se hizo extensiva a las casas de las colonias latinoamericanas y caribeñas. Si se piensa en este referente, en Pozos, los márgenes entre escultura y arquitectura se vuelven borrosos, como sucede en muchas otras instalaciones de Iglesias.

Cristina Iglesias, Pozos III (detalle), 2011
"El pozo -escribió Gastón Bachelard, en Las Poéticas de la ensoñación- es un arquetipo, una de las imágenes más graves del alma humana".  Las esculturas de Iglesias guardan relación con los cuentos de hadas y los recuerdos de la infancia. Las topografías artificiales son comparables a aquéllas que  pueden encontrarse en pesadillas, filmes fantásticos e historias de hechizos y encantamientos. Iglesias expande esas visiones intimas o imaginativas hacia el espacio real de la galería.

Al comentar las instalaciones de Iglesias el investigador español Javier Maderuelo hizo notar que sus  obras, al igual que composiciones musicales, pudieran percibirse como variaciones sobre un mismo tema. Lo mismo podría decirse de Pozos. Estructuras similares, idénticas concepciones y sin embargo cada escultura es sustancialmente diferente de las otras. En dos de las obras el agua, chorrea simultáneamente desde diferentes lugares, en efectos de cascada. En otras dos asciende desde las profundidades, emergiendo desde una cavidad oscura. En otra fluye como una corriente de aguas, que se reflejan en las paredes interiores de granito negro. En cada pozo, Iglesias juega con patinas y topografías distintas. 

Cristina Iglesias, Pozos V (detalle), 2011

Bajo la superficie es una intervención en el espacio de la gallería, transformado en una plaza artificial bajo un espacio techado.  El lugar se transformó para poder ubicar la escultura de Iglesias debajo del suelo. Se agregaron dos peldaños y se aumentó la altura del piso. La instalación permite confirmar la tensión entre lo público y lo privado que han notado algunos comentaristas de la obra de Iglesias. Bajo la superficie, es una nueva versión de sus  Pozos. En ese sentido toda la exposición pudiera compararse con una obra polifónica, en la cual una frase emerge para ser relegada por otra secuencia de acordes y reaparecer con otra ornamentación melódica. 


Cristina Iglesias, Bajo la superficie, 2011

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