Desde mediados de los años 60, Perreault ha estado activamente involucrado en el escenario artístico contemporáneo. Entre 1966 hasta 1974 tuvo a su cargo de la sección de crítica de arte del Village Voice. También colaboró para Art News, Art Forum, Sculpture and Art International, entre otras relevantes publicaciones. Algunos de sus ensayos han sido incluidos en antologías imprescindibles como Minimal Art (1968), Idea Art (1973) y Theories of Contemporary Art, Prentice-Hall, 1985.
Para esta entrevista decidimos hablar sobre el arte de
crítica social y los medios de comunicación masiva, incluyendo las relaciones
entre arte e internet.
Ernesto Menéndez-Conde: ¿Cómo y hasta qué punto el arte socialmente crítico puede ser más
efectivo en un momento en el que la crítica social parece haber sido apropiada
por los medios de comunicación y la industria del entretenimiento?
John Perreault: Si lo que usted quiere
decir es que cuando los medios de comunicación se apropian de la crítica social
la banalizan de manera automática, entonces sí que tendríamos un problema.
Pero no creo que ese sea
necesariamente el caso. Por ejemplo, la asimilación por la industria del entretenimiento
de algunos problemas que enfrentan los homosexuales en realidad ha contribuido
a crear algunas soluciones. Cuando se tienen comedias en las que se manifiestan
simpatías hacia los hombres y mujeres gays, e incluso hacia parejas
homosexuales que crían niños, se está contribuyendo al progreso. Hasta cierto
punto las comunidades negras y latinas también han ganado terreno debido a la
normalización que les confieren los medios de comunicación y la industria del
entretenimiento.
Sabemos que las grandes
empresas tienen sus pros y sus contras. Sabemos que se mueven por la avaricia.
Sabemos que el hambre es inaceptable. Sabemos que el racismo es un pecado y que
las farmacéuticas, los hospitales y los médicos obtienen grandes ganancias con
la enfermedad. Sabemos que la contaminación ambiental va a destruir el planeta.
¿Cuál sería entonces el papel del arte contemporáneo que aspira a ser
socialmente critico? Hacen falta nuevas tácticas.Ya han quedado atrás los días en los que se
le predicaba al converso. Hacer reproches es contraproducente. El arte
contemporáneo al servicio de la crítica social necesita ser más subversivo. La
crítica social directa –como fue iniciada por un artista como Hans Haacke- está
muy bien, se anota puntos dentro del mundo del arte y quizás, eventualmente,
dentro de la historia del arte. Pero, admitámoslo: no tiene ningún impacto en
un ámbito más amplio. Un chiste virulento, si se propaga, tiene más resonancia
que todo el activismo político que se pueda producir en el escenario artístico
y, valga la aclaración, no me desagrada el activismo político, per se.
De cierta manera, el
arte, a menos que salga del ambiente
artístico, no puede ser socialmente crítico. El mundo del arte, sin embargo,
puede usarse como un peldaño hacia una mayor presencia en los medios de
comunicación, donde la crítica social desde el arte puede al menos tener un
nanosegundo de visibilidad antes de volverse digerible y convertirse en pasto
de la reafirmación del status quo. El
arte de crítica social debe ser anti-arte y anti-mundo del arte.
Dicho esto, lo que
verdaderamente necesitamos es una visión más amplia. Primeramente debemos
afirmar que los medios de comunicación, la industria del entretenimiento y el
mundo del arte provienen de la misma fuente y forman parte de las mismas
estructuras profundas, que han permanecido sin ser examinadas durante mucho
tiempo. Son estas estructuras profundas las que debieran ser transformadas si queremos
que haya justicia y progreso. En la actualidad los medios de comunicación, la
industria del entretenimiento y el mundo del arte se basan en el materialismo y
el egotismo. Cambiar esto lo cambiaría todo.
Ernesto Menéndez-Conde: Usted sugiere la posibilidad
de que el arte sea más socialmente crítico al ganar un mayor espacio en los
medios de comunicación. En el mundo actual los márgenes entre arte, industria
del entretenimiento y medios de comunicación son cada vez más difusos. ¿Cree
usted que una mayor integración entre el arte y los medios de comunicación
implicaría una desarticulación de las complejidades y peculiaridades de los
lenguajes artísticos, y por tanto una renuncia a esas formas de crítica social?
John Perreault: Sí. Realmente creo que el
arte socialmente crítico puede ser más efectivo gracias a una mayor presencia
en los medios de comunicación. La teoría, tal y como se enseña en la actualidad,
es sólo una manera de mantener a los potenciales conflictivos al margen de los
problemas y un ingenioso dispositivo para inflar las matrículas en los cursos
de doctorado. A menos que el análisis no conduzca a la acción, análisis es
parálisis. No estoy seguro de lo que quiere decir con "complejidades y
peculiaridades de los lenguajes artísticos", pero sea lo que sea estoy
convencido de que no se trata de formas de crítica social. Su enunciado me
suena a formalismo. De lo que estamos hablando realmente es de una confusión premeditada
en provecho de la colocación de un producto. No deja de sorprenderme que el arte socialmente crítico haya sido
tan fácilmente destruido por los académicos, quienes si verdaderamente se
propusieran ser críticos, investigarían el papel de la llamada educación
superior en la destrucción de las artes y la perpetuación del status quo.
Ernesto Menéndez-Conde: Me gustaría
explicar lo que quiero decir por complejidades y peculiaridades de los
lenguajes artísticos. Aquí, en esta entrevista, he me he servido deliberadamente
de una oposición artificial entre arte y medios de comunicación. Sabemos de
antemano que esto es inexacto, discutible y definitivamente pasado de moda;
pero al menos espero que contribuya a crear algunas distinciones generales
entre arte y medios de comunicación. Yo diría que el arte contemporáneo posee un
marco teórico o conceptual complejo y a ratos oscuro. También acude a
estrategias tendientes a estimular la participación del espectador en la obra
de arte, establece un continuo diálogo con la tradición de la historia del arte
y se sirve de modos de expresión metafóricos, formalistas y herméticos. ¿Una
mayor presencia en los medios de comunicación masiva no sería un modo de
domesticar algunas de esas peculiaridades?
John Perreault: Al parecer usted piensa
que existe algo necesariamente complejo en el arte contemporáneo. En realidad
gran parte de dicho arte no lo es. Además, quizás debido a mi experiencia o a
que comparto algunos de los marcos de referencia, yo no lo encuentro particularmente
complejo ni oscuro. Por el contrario, disfrutar del arte contemporáneo es como
leer una novela o ver una película de Hollywood. Uno estaría perdido si sólo leyera
el último capítulo o viera el último rollo. Uno debe saber qué ha pasado antes.
El arte es un lenguaje, pero más un lenguaje de referencias que de formas. Para
comprender a Ellsworth Kelly uno tiene que entender que estaba reaccionando
contra De Kooning y que éste a su vez reaccionaba contra Mondrian y Picasso,
etc.
Lo que distingue al arte
contemporáneo de los medios de comunicación masiva no es que sean
estructuralmente distintos, porque no lo son, sino la falta de una narrativa
compartida, más allá de las generalizaciones más abarcadoras.
No olvide que los medios
de difusión masiva tienen también sus propias narrativas. Casi todas las
películas de Hollywood hacen de un modo u otro referencia a filmes anteriores.
Todos los programas de participación (game-shows) The Next Greatest (El próximo gran…) hacen referencia a previos programas
de participación. The Next Greatest Artist (El próximo gran artista) está basado
en The
Next Greatest Designer (El próximo gran diseñador)
Pienso que otro tanto
sucede con la música Pop. Le ofrezco un ejemplo: ¿entenderíamos todas las
bromas en un video de Lady Gaga si nunca hubiéramos visto un video de Madonna?
Y también hay referencias cruzadas. En el video de Lady Gaga para Born This Way, hay una larga
introducción que es ciertamente una referencia a 2001, una odisea del espacio, de Kubrick.
Luego usted prosigue:
También acude a estrategias encaminadas a estimular la
participación del espectador en la obra de arte, establece un continuo diálogo
con la tradición de la historia del arte y se sirve de modos de expresión
metafóricos, formalistas y herméticos.
No puedo dejar de pensar
que lo mismo puede decirse de la música pop y ciertamente del jazz cuando
estaba en sus buenos tiempos.
El propio término
"teoría" me pone contra la pared. ¿Es ésta una palabra codificada por
el Marxismo u otro legitimado sistema de análisis? De ser así, sería una
cobardía no admitirlo. En cambio, creo que en la
actualidad por teoría usualmente se entiende el uso de estrategias filosóficas
para evaluar e interpretar el arte. En otras palabras, la teoría está
conformada por metodologías para la crítica de arte. Primero fue el estructuralismo,
luego el post-estructuralismo. En ambos casos yo no acierto a ver un efecto
directo sobre la creación artística, salvo en la forma de pomposas
declaraciones de los artistas. O en el sentido de que los artistas quisieran congraciarse
con los historiadores o los críticos de arte, lo cual me resultaría extraño ya
que los historiadores del arte tienen poco poder, y los críticos de arte tienen
todavía menos, quizás porque algunas de sus lumbreras están metidas de lleno en
la teoría.
¿Cómo usted hace una obra
de arte post-estructuralista? Yo puedo entender el Minimal como un producto mixto del positivismo lógico, la filosofía
del lenguaje o el pragmatismo; pero no puedo ver cómo se puede discutir gran
parte del arte en términos post-estructuralistas, como resultado de formas de
análisis post-estructuralistas.
Por otra parte, no creo
que le haya prestado suficiente atención a la creación artística desde las
ideas feministas o las teorías queer,
tal vez porque usarlas en defensa de las obras de arte interfiere con las
ventas, en el mismo sentido en el que interfiere el marxismo. Las ideas
anarquistas son también venenosas, al igual que las ideas espirituales. Salvo
estas últimas, todas estas herramientas y modos discursivos son a veces
agrupados bajo la rúbrica de ‘teoría’, donde mueren una muerte apacible.
Y finalmente usted
pregunta:
¿Una mayor presencia en los medios de comunicación masiva
no sería un modo de domesticar algunas de esas peculiaridades?
No creo que una presencia
más efectiva del arte en los medios de comunicación masiva tenga mucha
importancia, si el arte no es utilizado como un vehículo para mensajes que no
sean los del santuario o la estética.
La estrategia más
efectiva es crear arte directamente para los medios de comunicación. Yves Klein
es un buen ejemplo. Hay evidencias de que muchas de sus obras, como el famoso Salto al vacío -y la respectiva foto
para la prensa-, La galería vacía e
incluso sus pinturas con fuego tuvieron una intención espiritual y él usó los
medios de comunicación para acceder a un público más amplio. Salvador Dalí es
un mal ejemplo: su empleo de los medios de comunicación no fue una manera de
perturbar a la conciencia burguesa (como sí lo fue la plataforma de los
surrealistas); sino tan sólo un modo de hacer mucho dinero. Andy Warhol es un
ejemplo mixto.
En los comienzos de mi
carrera artística yo me sentí influido por un grupo de artistas argentinos que
crearon The Happening that Never Happened.
Mi amigo Eduardo Costa, que más tarde se mudó para New York, donde lo conocí,
fue un colaborador activo. The Happening
that Never Happened estaba estrictamente diseñado para los medios de
comunicación, ya que de hecho nunca llegó a ocurrir y sólo existió en algunos
comunicados de prensa.
Cuando en 1968, Eduardo,
la poeta Hannah Weiner y yo colaboramos en el Fashion Show Poetry Event en el Center
for Inter-American Relations en Park Avenue, teníamos una exhibición de
modas en vivo, con ropa diseñada por Andy Warhol, James Lee Byars, Marisol, Claes
Oldenburg, y muchos otros, incluyendo a Rubens Gershman, Susana Salgado y
Enrique Castro-Cid. Algunas modelos entre las que figuraba Carolee Schneemann;
poetas como Anne Waldman, Gerard Malanga, y Bernadette Mayer……The Fashion Show, sin embargo, era sólo
una manera de ganar cobertura en los periódicos, las revistas de arte y las
revistas de moda. Esta cobertura era
para nosotros la principal y más seria manifestación de nuestra obra de arte
colectiva, y a la que de hecho le debemos su éxito.
Influidos por El sistema de la moda, de Roland
Barthes, nosotros queríamos mostrar que la moda y de hecho su “sistema”-
incluyendo pasarelas, mercadeo y publicidad- eran arte. Pero también, y esto
era más importante aún, queríamos mostrar que el arte, como se entendía
usualmente, podría ser visto como un sistema de la moda.
Aquí algunas otras cosas
a tener en cuenta:
¿Qué artista es más
importante Matthew Barney o Bjork? Yo
diría que Bjork.
¿Qué artista logró que Target dejara de donar dinero a grupos
anti-gay? ¿Sherrie Levine o Lady Gaga? Lady Gaga.
Más que una interacción
entre el arte y los medios de comunicación masiva (estos últimos influyendo
sobre los primeros, más que a la inversa), yo estoy ahora más interesado en la
interacción entre arte e internet y la interacción entre el arte y las redes
sociales. ¿Son las redes sociales medios de comunicación masiva? Tengo la
impresión de que hay una gran diferencia entre unos y otros. Pero quizás este es un
asunto para otro momento. El año pasado yo abrí un grupo de discusión en
Facebook. Dos de los temas a debatir eran sobre Internet:
Will the Internet Destroy
Art? (¿Destruirá Internet el arte?)
How Has the Internet Influenced Your Art? (¿Cómo internet ha influido sobre su arte?)
Vea también mi reciente
ensayo Artopia Did Art Museums Have a
Future? (¿Hay un futuro para los museos?) http://www.artsjournal.com/artopia/2011/01/did_art_museums_have_a_future.html
Segunda parte
Segunda parte
pie
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