5/5/14

El arte como cooperación hiperprotegida.



En la actualidad la pregunta “¿y esto es arte?” está totalmente fuera de lugar ya que casi cualquier acción, desde alimentar ratas (Maurizio Cattelan en Bel pease), hasta perseguir a un transeúnte (como en The following pieces de Vito Acconci) o recibir un disparo en el brazo(como en la performance Shoot, de Chris Burden), ha sido aceptada como arte. Lo mismo ocurre con los objetos, sea un inodoro, unos caramelos, una aspiradora o una caja de detergentes. Todos estos artículos han sido, de hecho, obras de arte del siglo XX. Y en cuanto a los medios y materiales, la diversidad es impresionante: sangre, excrementos, tierra, cenizas, fuego, islas enteras, edificios, automóviles, seres humanos, animales (vivos o disecados), la nada, video-juegos, sitios web y un larguísimo etcétera. Es imposible enumerar todos los gestos, objetos y materiales que han configurado algún experimento artístico, alguna instalación o algún collage. Los límites del arte casi son los que establece el sistema legal (no creo que haya instituciones que se arriesguen a presentar un robo a mano armada, un acto terrorista o una violación como experiencias artísticas). Pero a veces incluso el orden judicial logra transgredirse.

Puede que algunas creaciones parezcan facilismos o estupideces; podemos pensar que hay unas obras de arte pésimas y otras deslumbrantes, pero preguntarse ¿Y esto es arte? denota, cuando menos, un desconocimiento de las búsquedas y orientaciones artísticas de la pasada centuria o una actitud retrógrada que poco o nada puede hacer en contra de la institución arte, tal y como ha evolucionado desde al menos las últimas cinco décadas.


Sin embargo, aunque la pregunta “¿y esto es arte?” resulte ya inoperante, en la práctica sólo muy pocas cosas y muy pocos gestos llegan a ser consagrados como creaciones artísticas. Si alguien, por ejemplo, decide que sacarse los mocos durante tres meses y pegarlos en la pantalla de un plasma TV es una obra de arte (con la cual pretende criticar la futilidad de los mass-media o explorar medios artísticos alternativos), entonces esa persona sería solamente uno entre muchísimos otros competidores que aspiran a lograr un reconocimiento institucional. Esa sería su (dudosa) carta de triunfo frente a un mecanismo de depuración altamente especializado.


Es poco probable que un artista, por sí solo, logre imponer sus concepciones sin contar con algún tipo de respaldo institucional. En la actualidad, un artista solitario, empecinado en validar sus propuestas haciendo caso omiso de los circuitos de distribución del arte, es una figura quijotesca y enajenada, expuesta a pasar totalmente inadvertida y cuyo destino trágico podría ser el de acumular infructuosamente sus obras en su taller, gastar su propio dinero en proyectos que no serán rentables, o realizar acciones extravagantes en plena calle. Poco o nada puede alcanzarse sin el apoyo de instituciones y especialistas. Y no es sencillo entrar en ese engranaje institucional, donde indiscutiblemente hay mucho espacio para oportunismos, amiguismos, maniobras retorcidas y toda suerte de comportamientos corruptos: la institución arte no es precisamente la más incontaminada que existe en el planeta. De hecho está totalmente podrida. Pero ese es otro problema. El artista tendría que convencer, mostrar trabajos previos, interpretar acertadamente el campo artístico, concebir argumentos que sustenten el proyecto, encontrar fundaciones dispuestas a financiarlo, galerías que consideren atractivo exhibirlo y críticos que se interesen por la iniciativa. Sin atravesar por al menos algunos de estos procesos (que para muchos constituyen verdaderos calvarios) una obra de arte no lograría legitimarse socialmente como arte.

En otras palabras: los márgenes del arte se han ampliado hasta posibilidades inimaginables y no hay manera de cuestionarse dichos horizontes (que le confieren una enorme libertad tanto al artista como al espectador); pero, al mismo tiempo, el arte se rige por un principio de cooperación hiperprotegida.

La idea de cooperación hiperprotegida fue enunciada por Jonathan Culler en su instructivo librito Breve introducción a la teoría literaria. Según Culler, el principio de cooperación hiperprotegida sirve para definir a la literatura:
Lo que distingue a los textos literarios de otros textos expositivos igualmente narrados es que han superado un proceso de selección: han sido publicados, reseñados e impresos repetidamente, de modo que un lector se acerca a ellos con la seguridad de que a otros antes que a él les parecido que estaban bien construidos y “valían la pena”. Por tanto, en la comunicación literaria, el principio de cooperación está “hiperprotegido”. Nos haremos cargo de las oscuridades o irrelevancias manifiestas que encontremos sin suponer que carecen de sentido. El lector supone que las dificultades que le causa el lenguaje literario tienen una intención comunicativa (…) y se esforzará por interpretar esos elementos que incumplen las convenciones de la comunicación eficiente integrándolos a un objetivo comunicativo superior.

Publicado inicialmente en 1997, el texto de Culler es anterior a la masificación de los blogs y otros medios que  han venido a hacer mella en este principio de cooperación hiperprotegida, con la aparición de nuevos géneros literarios (como por ejemplo una literatura acompañada de enlaces a otros textos e imágenes, susceptible de ser enriquecida con los comentarios del lector y con posibilidades de modificarse y actualizarse continuamente). Sin embargo, el principio de de cooperación hiperprotegida, incluso si no fuese del todo exacto en el campo literario actual, podría aplicarse, quizás con mayor fortuna, al ámbito de las artes visuales.

Si una institución otorga una beca o entrega desinteresadamente fondos a un artista, si una galería lo selecciona para participar en una exposición o si se le invita a realizar una obra pública en una avenida, es porque este creador ha sido seleccionado, con más o menos acierto, por los especialistas que trabajan para dichas instituciones. Han sido sus criterios los que han determinado que el arte se muestre al público, se ofrezca en el mercado y se incluya en las publicaciones relacionadas con el tema. El espectador o el cliente acepta de antemano este principio de cooperación y asume que si un autor exhibe en el MoMA, en la Gagosian Gallery o aparece en una subasta de Sotheby’s es porque precisamente consiguió ser admitido dentro de ese dominio de cooperación hiperprotegida llamado arte.

El arte continuamente tiende a poner en tela de juicio este principio de cooperación, pero al parecer no puede prescindir de dichos mecanismos para consagrarse, lo cual desde luego no necesariamente equivale a alcanzar una posición satisfactoria en el mercado de arte. De hecho, hoy abundan los artistas que consiguen ser reconocidos institucionalmente, sin que esta aceptación se corresponda con holgados beneficios económicos. 

9 comentarios:

  1. Para mi arte es todo aquello que pueda provocar una emoción en el espectador. Es un concepto muy amplio pues puede ir desde emociones placenteras hasta el rechazo y repulsión de acuerdo al sentido o el mensaje que se quiera comunicar con la obra.

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  2. A mi particularmente me importa un BLEDO si estas supuestas obras han sido aceptado como arte.Y mucho meno me importa el titulo y la jerarquia social y educacional de quienes llegaron a tales conclusiones…Esto es mas que custionable mienstras existan seres pensantes y un idividuo con vida en este planeta.

    Fuera de lugar esta creese tener la verda e imponer a otros sus
    conceptos personales sobre arte vengan de quienes vengan estos conceptos.

    Personalmente lo encuentro rebuscado, aburrido y poco creativo y peor aun VACIO!!!!! mejor llamarlo por su nombre "Arte Malo" aun tenga yo que contradecirme.

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  3. Y yo, a pesar de tanta letanía y explicaciones fatuas, sigo preguntando - eso es arte??????!!!!!

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  4. Armienne, muchas gracias por pasar por aca y tambien por tus elogios. He visitado tu blog, que encuentro muy desprejuiciado y divertido. Siempre me quedo con la pregunta -perdone si parezco muy irrespetuoso aqui- de por que las fotografias de la modelo (o de usted misma, supuestamente) parecen ser de los annos cincuenta, mientras los comics parecen completamente contemporaneos. Esto es algo que yo encuentro muy ingenioso. Muchas gracias por pasar por aca.

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  5. Muy bien su pregunta, anonimo, pero ya hoy, gustenos o no el asunto, el arte no puede limitarse a las manifestaciones tradicionales de grabado, pintura, escultura, etc. Los artistas han descubierto otras maneras de expresarse y han contribuido a derrumbar montones de barreras y prejuicios. El arte, al ampliar sus horizontes, ha indicado otras posibilidades de interpretar la realidad y la vida cotidiana y pensar de un modo distinto. Podemos decir que se trata de un "arte malo" o "bueno" (aunque estas nociones de bueno o malo parecen mas limitadas al gusto personal); pero negarle la condicion de arte no tiene ningun sentido. Como demostrar que Shoot de Burden(que, personalmente, me parece una gran tonteria)no es una obra de arte? No hay maneras, a no ser que se defina que arte es solo lo que se entendio tradicionalmente, hasta inicios del siglo XX y que entonces, a partir de Duchamp (dentro de unos pocos annos se cumplira el centenario de su celebre ready made) el resto de las creaciones no son arte ya que no se ajustan a lo que usualmente se entiende por pintura o escultura. Y esto no es solo limitar el espacio de la experimentacion, sino que es un disparate tan grande como preguntarse si las composiciones musicales que se hicieron despues de Debussy son musica, solo porque rompieron con las nociones tradicionales de la armonia, o porque se apartan de los formatos establecidos de la sinfonia o la sonata.

    Si efectivamente el arte que vemos en las galerias y en los libros es tambien el resultado de una cooperacion hiperprotegida, entonces lo mas aconsejable me parece que es tratar de entender los criterios de las personas que han consagrado su vida al oficio de apreciar las obras de arte. Eso no quiere decir que haya que compartir sus ideas; sino sencillamente tratar de escuchar lo que opinan. Podemos decir -y vuelvo a mi ejemplo de Cris Burden- que Shoot es una estupidez, pero la labor de indagar por que en un momento determinado de la cultura llego a concebirse una obra asi o que intenciones tuvo Burden, es muy enriquecedora. Suena rimbombante, pero al arte actual contribuye muchisimo a cambiar la vida de las personas y esto todavia no se sigue estimando todo lo que se debiera. Saludos.

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  6. Ernesto.
    El 90% de las fotos son recientes (últimos 5 años) y hechas en um ambiente retro. Los dibujos son actuales y basados en un personaje creado sobre mi personalidad y mi físico. La mayoria hechos por un artista gráfico de Puerto Rico.

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  7. Que porquería, lo siento pero tengo amigos que sin arte no viven, no son, no existen. mirá que les va a importar si una institución o alguien de la cooperación hiperprotegida diga a bla bla bla. Disculpá que te diga pero me parece que te subiste a un tren que nada que ver con la VIDA.
    Vos vivirías muy bien en la edad media, donde todo estaba intermediado por alguien más.

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  8. Muy buen artículo !

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  9. Es interesante como ahora la legitimación no viene de las instituciones rectoras de lo que se considera arte, sino de las masas, incultas o alienadas, bien informadas siempre, que bajo algunos principios estéticos muy básicos aceptan cualquier texto como arte. Si no basta ver las galaxias de pésimos poemas y malos cuentos navegando el infinito universo de la Red.

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